“Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada, más vosotros la habéis hecho cueva de ladrones” (Mateo 21:13)
Vivo en tiempos del Covid-19. Vivo en tiempos cenagosos y peligrosos. Vivo en Colombia, uno de los países más corruptos del mundo. Y en este escenario de crisis, hambre y muerte, me encuentro con el accionar del “cartel de los falsos reverendos”.
Hace un tiempo pensaba que los mercaderes de la fe eran solamente los predicadores de la mal llamada “teología de prosperidad”, quienes como verdaderos herederos de Tetzel, solo hablan de dinero, de “siembras” y “pactos”, con los que venden bendiciones y milagros, y con los que trasquilan y oprimen a las ovejas.
Sin embargo, hay una variante poco conocida de estos negociantes de la fe. Son los falsos reverendos y falsos ministros, que encubiertamente han ingresado a la iglesia con el fin de capturarla, para acomodarla a sus intereses y pasiones.
Esto ha sucedido con un presbiterio, que de “honorable” solo le queda el nombre, porque estos imitadores de Balaam[1], actuando con las mismas lógicas de las mafias, han pervertido el sistema administrador de la iglesia, para ajustarlo a sus propios beneficios. Han reemplazado a Dios, cuando se creen propietarios de los dones de Dios.
¿Con qué autoridad el presbiterio que se complace con su corrupción interna, hablará contra la corrupción en Colombia? ¿Qué acción profética realizará contra la corruptocracia colombiana un presbiterio de iglesias que se hace “el de la vista gorda” con su propia corrupción? ¿Qué sal salará a la sociedad cuando los pseudo ministros de Dios detestan la transparencia y han hecho de la mentira y la corrupción su modus operandi?
En cerca de dos décadas, los falsos reverendos del presbiterio capturado y del conformismo absurdo, han manejado más de 60 millones de dólares sin rendir cuentas claras; y quien las pida, en un acto mafioso, es expulsado y silenciado. Pero la realidad habla, en el mismo lapso su membresía eclesial no ha superado las 300 personas, así en el papel informen de miles.
Con una apariencia de legalidad y piedad, que niegan con sus hechos -porque la piedad solo les sirve como fuente de ganancia[2]– se han adueñado de parte del legado histórico, que con esfuerzo muchos cristianos donaron en el pasado. Mientras tanto, encubren lo que sucede con sus actos corruptos y secuestran la fe. Por eso, así tengan dinero, espiritualmente son como una casa desierta y en ruinas, que como en tiempos de Hageo[3], solo se levantará cuando Dios despierte su espíritu. El que tiene odios para oír que oiga.
El Discípulo
Enero 14 de 2022
*Si tiene información de corrupción en diferentes ámbitos religiosos puede contactar o realizar su denuncia en la Revista Sin Mordaza en sinmordaza.co@hotmail.com Nuestro equipo de investigaciones estará atento a sus comunicaciones. www.sinmordaza.com.co
[1] Nm. 22:1-35 y Jd. 11
[2] 1 Tim. 6:5 y 2 Tim. 3:5
[3] Hageo 1:1-15
Interesante, agregaria un prebiterio mas que se acomoda, no hace nada para no pisar la manguera entre ellos, cada uno aprovechando a su acomodo lo que se dio como Ofrenda para la obra de Dios. Solo algunas familias son las depositarias del control de la mal llamada Iglesia P.
Gracias por leer la Revista Sin Mordaza. En http://www.sinmordaza.com.co vamos a investigar y denunciar la corrupción religiosa, que en muchos casos está oculta en los medios de comunicación.
Es un muy buen artículo sobre la corrupción que ejerce un grupo de «reverendos» y «reverendas» en el Presbiterio Central de la Iglesia Presbiteriana de Colombia. Es importante anotar que este fenómeno de corrupción no solamente ocurre en un presbiterio o jurisdicción sino en los tres presbiterios que conforman la IPC esto es Presbiterio Central, Presbiterio de la Costa y Presbiterio de Urabá. Cada uno de estos presbiterio están gobernados por un mismo grupo desde 1993. El poder de estos personajes se basa en la explotación económica de los Colegios Americanos de Bogotá, Barranquilla y Apartadó cuyas ganancias manejan como dinero de bolsillo, y en la eliminación y expulsión de las personas que se atrevan a criticar o a denunciar el robo sistemático de los excedentes de cada uno de estos Colegios.
Gracias por estar en contacto con Sin Mordaza. Entre los enfoques de http://www.sinmordaza.com.co del 2022 está en investigar y denunciar la corrupción en el escenario religioso…
Sin importar quienes sean los líderes involucrados en este n escándalo dentro de las Iglesias Cristianas de Colombia, es imprescindible denunciar ante las autoridades competentes, por lo menos para no convertirse en Cómplice silencioso de esta horda de posibles falsos cristianos y para dejar una constancia y un precedente que sea el punto de partida para extinguir la Corrupción.