Hongos reveladores

Por Daniela Paz Cortés

Resilientes como el moho de una habitación húmeda, deliciosos como lo son los champiñones, el reino fungi que comprende las setas, levaduras y mohos es un grupo que parece pasar desapercibido como uno al que se le presta menor atención comparado con sus otros compañeros eucariotas, las plantas y animales. Esta disminuida atención es cierta cuando de fósiles se trata, gran parte de los fósiles de hongos se han descubierto como por añadidura de la búsqueda de fósiles de plantas, incluso vistas como un grupo más carismático -o al menos desde el punto de vista de un botánico-.

Históricamente los hongos también parecen estar bajo la sombra de las plantas porque desde la taxonomía y el pensamiento los hongos se clasificaban en la parte vegetal por su incapacidad de movimiento entre otros motivos. Por supuesto que todo esto ha sido rebatido desde que nos enteramos que los hongos están más emparentados con los animales y que no poseen celulosa pero si quitina. Asimismo, evolutivamente los hongos fueron claves para la colonización de las plantas hace más o menos 500 millones de años por lo que no es sorpresivo que los primeros fósiles de hongos hallados datan en este rango temporal.

Como diría Antonis Rokas, biólogo evolutivo en su texto para de The Conversation, el descubrimiento reciente de los fósiles de un hongo extinto (Ourasphaira giraldae) es verdaderamente revelador, ya que desde la explosión de las técnicas moleculares las estimaciones a partir de ADN sugieren que estos se originaron mucho atrás de los estipulados 500 millones de años. Al menos el árbol de la vida en el que trabajan estos biólogos parece un poco menos misterioso que ayer y todo gracias a las muestras microscópicas que Corentin Loron, un estudiante graduado de la Universidad de Lieja en Bélgica y sus colegas, descubrió en la roca de la Formación Grassy Bay en los Territorios del Noroeste de Canadá. Dado que este hongo se encuentra en rocas de 1.000 a 900 millones de años, el nuevo fósil hace retroceder el origen de los hongos en 500 millones de años.

Este descubrimiento concilia las incongruencias entre los estudios paleontológicos y basados en ADN como da pistas e imágenes a los científicos de cómo eran las condiciones ambientales en las que vivieron los primeros miembros de este grupo.

Referencias:

Rokas, A. (2019). I’m an evolutionary biologist – here’s why this ancient fungal fossil discovery is so revealing. [online] The Conversation. Available at: https://theconversation.com/im-an-evolutionary-biologist-heres-why-this-ancient-fungal-fossil-discovery-is-so-revealing-117488 [Accessed 9 Jul. 2019].

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