Por Jafeth Paz Rentería*
Una cosa es teorizar sobre la corruptocracia colombiana con propósitos académicos, otra es ver su acción en las noticias e informaciones en casos concretos que materializan la corrupción, que por lo general después es fácilmente olvidada, porque un caso tapa al otro, y otro asunto de marca mayor es ver, sentir, padecer y estar casi impotentes ante su manifestación estructural en el sistema electoral.
Acaba de terminar el escrutinio de las actas E14 y aunque faltan las impugnaciones y reclamos correspondientes, es un hecho aún no oficial que Colombia Justa Libres logra el umbral del 3% y le alcanza para tres senadores. Y uno se pregunta por qué una diferencia de más de 30 mil votos entre las mesas informadas y los escrutinios? Una desbalance de ese tipo, que incluso puede ser mayor, ejemplifica el nivel de corrupción abismal con el que funciona la supuesta democracia colombiana. Es importante anotar que esto no es nuevo y no solo lo ha padecido Colombia Justa Libres.
Carlos Leyva, candidato a la Cámara por Bogotá del Partido Somos, votó por sí mismo pero en en esa mesa el partido sacó cero votos. Mucha gente que apoyó nuestro proyecto, igualmente manifestó que su voto no apareció, en Cundinamarca Karla Enriquez manifestó que le faltaron unos 10 mil votos y así por todo el país, los candidatos de Somos manifestaron que fueron muchos los votos que se desaparecieron como por encantamiento. A diferencia de Colombia Justa Libres que estaba cerca del umbral y estructuró una logística para recuperar votos, las directivas de Somos aplicaron la política del avestruz, se mostraron indiferentes ante el resultado y decidieron pasar del viacrucis al «entierro» del proyecto de Somos en un funeral sin lágrimas.
Como ejemplo de la corrupción electoral les hago referencia de la mesa 13, zona 18, puesto 04 del sector Libertador II en Bogotá. Presencié el escrutinio de esta mesa y es el caso típico de lo que es una mesa envenenada. En muchos casos en los escrutinios se encuentran tipologías de corrupción como el denominado “canguro” en el que a través de saltos le ponen un número a determinados candidatos para incrementar su número de votos, en otros hay errores aparentemente humanos como duplicar el número de votos de la mesa, pero en la mesa envenenada, de su análisis se puede inferir que a todos los partidos les subieron votos de una manera inconsistente, menos a tres: Colombia Justa Libres, el Partido Somos y Opción Ciudadana.
Para Senado Cambio Radical tenía 7 votos y aparecía con 13; el Partido Liberal tenía 15 y le habían reportado 26; El Polo tenía 1 voto y aparecía con 15; La U aparecía con 4 y tenía 1. Mira aparecía con 10 y tenía 8 y Decentes aparecía con 38 y tenía 24. Para Cámara por Bogotá Cambio Radical aparecía con 18 y solo tenía 11, a los Verdes les habían reportado 50 y tenían 30; Mira aparecía con 16 y tenía 9; El Polo aparecía con 15 y tenía 10; La U aparecía con 5 y tenía 2; Cambio Radical aparecía con 16 y tenía 9; el Partido Liberal aparecía con 18 y solo tenía 10 y la lista de Decentes aparecía con 30 y solo tenían 21. Si esta práctica se realiza en miles de mesas en el país, estamos hablando de un fraude monumental que deslegitima cualquier proceso democrático.
Aunque muchos sostengan que esta es la democracia más antigua de América Latina, es evidente que en Colombia hay una mafia electoral que está orquestada desde determinados círculos de poder y ha operado para cerrarle el paso a quienes están fuera del coro del establecimiento. Aunque ahora hay dispositivos para detectar estas fisuras del sistema, en otros tiempos todo quedaba en la completa impunidad. Pero todavía quedan muchos orificios. Por eso no es extraño que muchos defensores de la corruptocracia, por todos los medios han pretendido que las reformas políticas y electorales que se necesitan se queden en simples intenciones que se postergan en el tiempo.
*Abogado y Periodista. Magister en Derecho Administrativo.
Muy buena información en donde nosotros los ciudadanos, nos vemos afectados porque en realidad los votos no estan llegando a su dirección q es o quien corresponden, donde muestra que nuestro pais es burlado y degradado, por corruptos supuestos jueces.
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En Baranoa voto mi familia- más de 60 votos según encuesta familiar y solo me aparecen 8. Pero como el partido Opción Ciudadana no tiene dolientes, quiénes dicen dirigirlo no hacen su trabajo… el asunto quedó así.
Impresionante…Ese es otro ejemplo más de la corrupción en el sistema electoral colombiano.