¿Votar por Petro me puede llevar al infierno?

Imagen: Pulzo.com

Las épocas electorales tienden a convertirse en verdaderos campos de batalla ideológicos y verbales en los que diferentes posturas se encuentran para dar a luz debates interminables sobre la pertinencia de uno u otro candidato. En este escenario se encuentra el actual proceso electoral colombiano, en el que se elige al próximo presidente de la República.

Por la importancia del cargo ejecutivo, las pasiones y desacuerdos cada vez se encienden más y más, y tanto temores como esperanzas de cara al futuro, forman una especie de sopaen las que se mezclan incertidumbres y certezas. Es en medio de esta discusión social en la que la indignación tiende a asomarse por las mentes de algunos cristianos que no pueden entender cómo otros cristianos lleguen a votar por un candidato como Gustavo Petro.

Y es justamente ahí en donde se encuentra el punto de quiebre, en el no entendimiento. Por eso, más allá de respaldar necesariamente a un candidato en particular, o a otro, se hace necesario presentar herramientas para llegar a tal entendimiento, partiendo desde la premisa que el comprender un asunto, no nos obliga a compartir aquel punto de vista o ser parte de él.

El espectro cristiano en Colombia y en el mundo es bastante amplio en cuanto a doctrinas y teologías se refiere. Este aspecto resultaría inusual en diferentes medios de iglesias, puesto que la corriente más grande en nuestro país es la conocida como pentecostal, con sus variantes carismatismo y neopentecostalismo. Pero hay más. Por ejemplo, existen algunos padres de la iglesia evangélica actual de las que muchas iglesias cristianas beben, los conocidos reformadores como por ejemplo Martin Lutero, Jan Hus o Juan Calvino.

De ellos, quedaron algunos movimientos que siguen sus postulados e ideas, como los luteranos, los calvinistas y las iglesias históricas. Dentro de estas últimas, hay personas que apoyan candidaturas como las de representantes de izquierda u otros, que para los evangélicos del común, puede resultar una locura.

La razón por la cual estas posturas políticas existen, es debido a los acercamientos que se hacen del texto bíblico. Esto quiere decir que hay varias maneras de leer la Biblia, desde el literalismo (el cual es sólo una de ellas y mayoría en expresiones de fe cristianas no católicas en Colombia), hasta la alta crítica. En círculos teológicos y académicos, este es un fenómeno natural, el cual ocurre por la diversidad social y cultural de quienes se acercan a las Escrituras, sin embargo en círculos más populares se tiende a satanizar aquellas lecturas que no están en sintonía con las propias, so pretexto que se tiene la verdad, la auténtica revelación del Espíritu Santo.

Sin embargo, en nuestro país el diálogo intereclesiástico ha fortalecido los lazos de comprensión de las diversas posturas dogmáticas y políticas, así como la tolerancia, respeto y aprecio por las diferentes expresiones de fe dentro del culto. Un ejemplo de esto son las liturgias. Hay iglesias en las que el culto se desarrolla alrededor de la intercesión, la guerra espiritual, el echar fuera demonios, el hablar en lenguas a grito en garganta; mientras que en otras la alabanza con música contemporánea, la oración pausada y la predicación a tono de voz bajo es la característica. Así mismo, hay comunidades de fe en las que se siguen entonando himnos durante el culto, no hay más instrumentos musicales que un piano clásico y un órgano, y todos los asistentes deben vestir camisa y corbata o falda, mientras que en otras las danzas hebreas y la alegría en el tiempo de los cantos es la manera de adorar.

Estas divergencias son el resultado de las lecturas bíblicas en medio de cada comunidad, las cuales no necesariamente se contradicen entre sí, pero germinan una pluralidad indiscutible y hasta sana en el medio de fe. Así que estas mismas experiencias se pueden trasladar a diferentes aspectos como las doctrinas, la política, las organizaciones y demás. Entonces, hay iglesias que permiten mujeres en el pastorado, otras que no; algunas que edifican desde los apóstoles, otras que los rechazan; algunas más aceptan el divorcio, otras jamás; ciertas que piden el diezmo, mientras otras lo condenan y algunas que pueden votar por candidatos de izquierda, mientras las demás no.

Para algunos cristianos no hay problema con que un candidato exprese su ateísmo, siempre y cuando no lo convierta en una norma obligatoria en la sociedad; o que avale la legalidad de parejas del mismo sexo, siempre y cuando no lo convierta en una ley restrictiva por encima de la objeción de conciencia religiosa y otros temas que puedan llegar a ser sensibles a la moralidad cristiana.

Particularmente el candidato Gustavo Petro ha manifestado una posición progresista en cuanto a algunos temas de la realidad política y social del país, los cuales también han sido objeto de estudio en círculos teológicos históricos y también progresistas. ¡Sí, existe cristianismo progresista!

Así que si usted es un cristiano que se siente identificado con la ideología política de este candidato, si usted quiere votar por él, pero tiene temor de deshonrar a Dios con su voto, o de ser merecedor de algún castigo divino por ello, sepa que como usted hay varios cristianos que van a apoyar a Petro en las urnas, e incluso, si no lo van a hacer, saben que esto no significa que esté en riesgo la salvación ni la bendición; aunque sea cual sea el próximo gobernante, sí se pone en riesgo el futuro del país. Ahora, seamos un poco más frenteros, si se quiere, y preguntémosnos, ¿Qué de las políticas que puedan atentar contra nuestra ideología cristiana? Hablemos de algunas.

Gustavo Petro apoya las uniones homosexuales y es un lobbista LGBT que nos llevará hacia una dictadura homosexual

El tema de diversidad sexual ha ocupado la discusión social mundial en las últimas décadas. Así mismo ha ocurrido en círculos teológicos y eclesiásticos. Para sorpresa de muchos, a este respecto, no hay un consenso en medio de corrientes cristianas con pensamiento divergente. Clásicamente y desde lecturas literalistas se ha entendido que la Biblia, y por consiguiente Dios, rechazan la homosexualidad por tratarse esta de un pecado. Sin embargo, otros acercamientos al texto sugieren que en realidad no es así. Para saber más al respecto le recomiendo la lectura de los siguientes artículos.

Teólogo habla sobre porqué sectores apoyan la homosexualidad desde la Biblia

Serie: Sexo, virginidad y matrimonio; una destrucción teológica (leer todas las entregas)

En este sentido, y como incluso dentro de la teología cristiana no hay un acuerdo unánime o una directriz unívoca al respecto, no se puede esperar que en la política sí. Así, el candidato Petro se ha inclinado, como un gran número de políticos contemporáneos alrededor del mundo, hacia el respeto a los derechos civiles de comunidades homosexuales y sus diversidades.

Entonces nace una pregunta angustiosa sobre este tipo de posiciones y sus repercusiones en medio de ejercicios eclesiásticos en los que no se respaldan ni bendicen las uniones homosexuales. ¿Obligará el Estado Colombiano a los ministros a casar parejas del mismo sexo cuando estos no desean hacerlo?

Este tipo de interrogantes suelen enriquecer los diálogos al respecto. Aunque a la fecha no hay una respuesta oficial sobre esto, entre otras cosas porque al parecer no se ha formulado la pregunta, podría ser relativamente fácil llegar a la conclusión que los derechos de comunidades gay llegan hasta donde comienzan los derechos de libertades religiosas y de cultos, y viceversa.

Así las cosas, en ningún momento el Estado Colombiano podrá obligar a ministros de culto a oficiar ceremonias matrimoniales a parejas del mismo sexo, si estos no están de acuerdo en hacerlo. Aquí interviene otro elemento como la objeción de conciencia. Ambas posibilidades impulsadas por el candidato en el pasado; quien desde la Constitución del 91, apoyó la libertad de cultos y quien desde el ejercicio de sus cargos de elección popular, ha respetado y defendido dicha objeción de conciencia.

En cuanto a la discusión sobre la educación sexual de los hijos en Colombia, existe un temor generalizado sobre la pertinencia de exponer a los más pequeños a informaciones a las cuales ellos no estén preparados para recibir, sobre todo cuando de temas sobre homosexualidad se trata. En este aspecto, no alcanzarían líneas de texto para poder abordarlo de una manera medianamente responsable.

Desde las teorías de educación, tanto sexual, como de otra índole; así como desde estudios sociológicos y antropológicos, se ha llegado a concluir que los menores están más expuestos a ser víctimas de acoso sexual cuando no han tenido la correcta formación e información (Cinalli, 2012). Entonces, aunque el Estado debe brindar herramientas en este sentido, es responsabilidad primordial y primaria de los padres, proveer la educación sexual de los niños. Una de las campañas desde la preocupación es la que ha arengado, “a mis hijos los educo yo”. Pues bien, ha llegado la hora que se traiga a la práctica y que independientemente de los programas educativos de las instituciones, los padres tomen una actitud activa en este proceso.

Así, siendo una de las banderas de campaña del candidato la educación; en consecuencia, y para mejorar la calidad en los diversos escenarios, es responsabilidad y obligación del Estado presentar informaciones completas y divergentes de los temas, con el propósito de crear en las mentes de los estudiantes sentido de análisis y crítica, a lo que los padres deben responder como tamizadores de tales informaciones para así levantar generaciones cada vez más educadas e informadas.

Gustavo Petro promueve el aborto

Alrededor de este sensible tema se han presentado argumentaciones desde diversos escenarios; la moral, la medicina, la psicología, la biología; etc. Sin embargo, bien valdría la pena detenerse en un argumento en particular que han abrazado y abrazan grupos feministas en Argentina y otros lugares del planeta. Ellos declaran que en principio, “nadie está de acuerdo con el aborto, en realidad nadie quiere hacerlo”. Desde esta interesante premisa nace el interrogante, ¿Y entonces por qué se aborta?

La respuesta puede nacer, como siempre, desde varios acercamientos. El aborto como una necesidad, como una reacción, como una condición impuesta, etc. Este tipo de cuestionamientos y reflexiones, no están presentes, lamentablemente, en medio del gran grueso de la cristiandad en Colombia, pero sí en escenarios teológicos reducidos en todo el mundo; esto debería despertar, como mínimo, la curiosidad de quienes se enfrascan en discusiones alrededor del aborto.

El candidato ha manifestado su respeto por la decisión de la Corte Constitucional en cuanto a su sentencia de despenalización del aborto en tres casos, esto, puede entenderse como una adhesión al principio presentado anteriormente, nadie quiere el aborto, pero en algunos casos, lamentablemente, se considera como opción; más allá de que se apruebe moralmente o no. Hay que reseñar al respecto algunas críticas recibidas durante la administración de Petro en la Alcaldía de Bogotá, las cuales señalaban que, y parafraseo, era más fácil hacer un aborto en la red distrital de hospitales, que la extirpación de una muela. Al respecto se hicieron algunas investigaciones empíricas o de observación, las cuales fueron documentadas en video y audio, pero que no habrían sido concluyentes ante ningún estamento oficial de control, pues no hay resoluciones condenatorias.

Ante este panorama, el cristianismo tiene varias herramientas a la mano. En primer lugar, dar la discusión sobre las implicaciones del aborto en medio del ejercicio eclesiástico, pero teniendo en cuenta más que acercamientos meramente teológicos, pastorales y éticos en los casos que ya la Corte ha fallado. Esto es importante tenerlo en cuenta porque cualquier candidato que asuma la presidencia, quiéralo o no, deberá someterse a la decisión ya tomada por la Rama Judicial al respecto. Para tener una idea de esto, recomiendo la lectura del siguiente texto, desde donde se aborda una mirada pastoral a este y otros temas morales. ¿Cómo debe prepararse la iglesia para afrontar temas como la homosexualidad y el aborto?

En segundo lugar, no hay mejores veedores de los gobiernos que sus electores. En este sentido, es responsabilidad de las organizaciones, como las expresiones de fe, vigilar que los cumplimientos de la ley sea la regla de cualquier administración democrática.

Gustavo Petro es ateo y va a acabar con la fe y las iglesias

Si bien es cierto que cuando se escucha alguna respuesta del candidato a la pregunta que si cree en Dios, esta puede resultar ambigua; también es cierto que ha dejado claro que se considera cristiano y que tiene arraigada una tradición católica romana por herencia familiar. Esto puede resultar ilógico y contradictorio para muchos cristianos que se preguntan, ¿Cómo es posible que no crea en Dios, pero que sea cristiano? La realidad es que sí, sí es posible, y con el adecuado estudio, se puede entender ello.

Asumiendo que Petro no crea en Dios, lo cual no sabremos, por mucho que lo afirme por sí o por no; en su discurso y acciones sí se puede ver que tiene influencias sociales y ha demostrado conocimiento de diversas teologías, principalmente la de la liberación. Porque es cierto, existen varias teologías, desde las neopentecostales y de la prosperidad, hasta las calvinistas, reformadas, emergentes y la ya mencionada de la liberación.

Esta última es nuestra, pues aunque nació en el seno de la Iglesia Católica de Roma, es tan latinoamericana como nuestra sangre. Desarrollada en nuestra tierra y alternativa como lectura bíblica, convirtiéndose incluso en objeto de estudio en grandes plazas teológicas europeas, como la alemana y la inglesa. Hay muchas cosas que nacieron en nuestros barrios y campos, una de ellas, la teología de la liberación, la cual, también ha sido bien recibida por sectores protestantes, no solo católicos romanos.

Aunque es pertinente reconocer que esta condición no necesariamente es obligante para abrazarla, sí por lo menos debería animarnos a estudiarla, conocerla y entenderla, pues aunque en la actualidad no tiene mucho eco, se mantienen vigentes muchos de sus postulados por su perspectiva social y ha inspirado otras tantas teologías alrededor del mundo. Este hecho bien podría resultar curioso para el cristiano desprevenido de a pie, quien al percatarse que un candidato tenga en su boca desde hace muchos años, y en sus acciones también hace tiempo los principios del Evangelio presentados por estas lecturas bíblicas, descubra que hay algo, o mucho de Jesús en él.

Aunque hay algunos filósofos, pensadores y teólogos que afirman que el Jesús histórico es socialista, a otros tantos les hace ruido el anacronismo que se desprende de esa frase, pues no existía el comunismo en los tiempos de Jesús; sin embargo, indicios bíblicos sí reflejan en cierta medida la orientación social escritural y el especial cuidado del Maestro de Galilea por los pobres en su tiempo. Negarlo sería como intentar tapar el sol con un dedo.

Desde la posición veterotestamentaria a favor del extranjero, cuando invita la ley a ser hospedadores, hasta el cuidado por los esclavos, quienes también deberían descansar el día de reposo; muestran que incluso en la fase más violenta de la condición histórica bíblica, Yhwh se mostraba misericordioso con los más necesitados. Pero el mensaje de Jesús es contundente. Uno de los ejemplos ilustrativos más implacables al respecto, es el que se presenta en el juicio a las naciones descrito en el evangelio de Mateo capítulo 25: 31-46. Allí, la razón por la cuale las ovejas y las cabras serán juzgadas, es por la ayuda que han dado o no, a los pobres en esta tierra.

Al respecto es interesante que varias hermenéuticas bíblicas traten este pasaje como uno de los cuales deberían ser abordados desde la interpretación y no desde la literalidad, no deja de ser más interesante que el mensaje trasversal del mismo sea la ayuda al pobre, mensaje central también del discurso del candidato Petro. Pero esto no es todo, durante la práctica del ministerio del carpintero galileo, los evangelios destacan su inclinación por ayudar al pobre, tocar al enfermo, andar con el rechazado y exhortar sobre el cuidado de la viuda y el huérfano.

No con esto pretendo elevar a nivel de Mesías a Gustavo Petro, ni más faltaba, pero sí señalar que sus ideas al respecto vienen de algún lado, y él mismo, citando textos bíblicos, ha reseñado que entre otros, se ha inspirado en las Escrituras.

Ya para finalizar esta columna, agradeciendo también a los lectores por haberme acompañado hasta aquí con su lectura a pesar de lo extensa, pero reconociendo a su vez la necesidad de ello por razón del desarrollo del argumento, quiero subrayar que si de ir al infierno se trata, en días pasados el Papa de Roma, Francisco, advirtió que puede que este no exista. Al respecto debo decir que para afirmarlo, sus razones tiene.

Por: David A Gaitán
Twitter / @dabycito
Facebook / @DavidGaitanR

 

Referencias

Cinally, José Luis. La iglesia al Desnudo. Buenos Aires: 2012. Imp

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