Por Luis Fernando Gutiérrez B.
Desde hace unos años, he dedicado algún tiempo a pensar como sería Colombia un país mejor. Quiero aclarar que no soy candidato a ningún cargo público, tampoco soy economista, lo que sí soy es un convencido de que tenemos que desarrollarnos como nación y para eso es necesario cambiar, partiendo del hecho que lo que necesitamos no está en imitar a ningún país europeo o imitar a Estados Unidos. Tenemos necesidades propias que tal vez en ninguna parte del mundo se asemejen a las nuestras; por tal motivo hablaré hoy de las fábricas colombianas.
Veo con asombro como hoy se traen prendas de vestir, juguetes y hasta comida de otras partes del mundo y lo que hacemos en Colombia es comercializar: compro y vendo, pero no fabrico. ¿Por qué no fabrico? Porque es más rentable comprar un producto terminado y revenderlo, no necesito una gran infraestructura y no necesito gran cantidad de empleados. ¿Me escuchaste? Dije gran cantidad de empleados; uno de los problemas sociales más difíciles para los gobiernos es el índice de desempleo. No te voy a decir en cuanto está, por eso hay mecanismos como el sisben, subsidio al desempleo, entre otros, para mitigar un poquito este impacto social en la economía, sin embargo, esto es insuficiente para las necesidades del hogar.
Lo que se necesita es empleo formal y para ello, creo que las fábricas es lo mejor. Recuerdo un libro de Akio Morita llamado «Made in Japan», en el cual narra como esta empresa surge después de una guerra perdida, pero esto no fue solo producto de la iniciativa y berraquera de dos socios, el gobierno aportó algo invaluable: un conjunto de leyes que protegían la industria nacional sobre las empresas extranjeras, de esta manera se blindó la oportunidad de estas fábricas y empresas para poder crecer y desarrollarse, generando utilidades y empleos formales con garantías de ley.
Como dije al principio no podemos copiarle el modelo a nadie porque son contextos históricos diferentes y mentalidades distintas; sin embargo pienso que en Colombia debemos blindar la industria nacional agrícola, las fábricas de ropa, calzado, etcétera. De esta manera se genera la necesidad de empleados, y al haber más personas trabajando, estas tendrán ingresos para comprar lo que necesitan, así se reactiva el comercio, el agro, y muchas áreas que por causa del desempleo están estancadas. Que lástima que los que nos gobiernan y representan en el gobierno solo busquen beneficiar a unos pocos industriales y comerciantes. Si volviéramos a reactivar fábricas nacionales, otros serían nuestros indicadores de desempleo, otro el estilo de vida de los colombianos.
Ya con esto en mente, ¿Qué tal si hacemos fábricas? ¿Qué tal si hacemos leyes para proteger nuestras fábricas?