Por Luis Fernando Gutiérrez Bohórquez
La mayoría de personas en el mundo sin importar religión, afinidad política, sexo o color de piel queremos estar bien y parte de ese estar bien tiene que ver con nuestra salud, porque sin salud no se puede trabajar igual, no se piensa igual, no se divierte igual. Tan pronto algo toca nuestra salud, reaccionamos y corremos a la droguería, y como vivimos una vida acelerada queremos que también todo sea acelerado; La sopa tiene que ser en 2 minutos, preferimos empanada y gaseosa a tener que esperar el almuerzo del restaurante, preferimos colarnos a tener que hacer la fila para ingresar al bus y creemos que en la droguería tienen medicamentos que actúan a la velocidad de nuestro estresado ritmo de vida.
Entonces surgen laboratorios que vienen a ofrecer productos que curan desde el dolor de cabeza, hipertensión, obesidad, resequedad y estado de ánimo en un solo producto, le venden a la mayoría la idea que si toman este o aquel producto su cerebro va a pensar mejor, lo prueban y se dan de cuenta que no les sirvió de nada, ¡Fue un fiasco total!. Lo que les vendieron por propaganda de un amigo o de un comercial no es tan milagroso como creían, a nadie le gustan los tratamientos largos, a mi tampoco, sin embargo, tenemos que tomar conciencia de que la salud no se pierde de un momento a otro a no ser por un accidente. Lo cierto es que la pérdida de salud es un deterioro continuo que toma tiempo y también toma tiempo recuperarla.
Lo que destruimos durante años por malos hábitos alimenticios, por falta de caminar y otras actividades físicas, no lo vamos a recuperar en una tableta, jarabe o polvo con dos tomas. Ya con esto en mente, lo que quiero es que tomemos conciencia del cuidado de nuestra salud, de no automedicarnos ni dejar que nos mediquen personas que desconocen lo complejo pero maravilloso que es el metabolismo del cuerpo humano. Es mejor abstenerse de todo medicamento que no conocemos a ciencia cierta, daño o beneficio nos va a causar, y consultar el médico, tomar agua, tintico bajo en azúcar, caminar, ponerte un horario para ver las redes sociales y no todo el día, jugar con los niños, volver al campo o al jardín botánico solo por el hecho de caminar con calma y disfrutar la vida. De eso se trata la salud, de disfrutar la vida, solo y acompañado.
Hay que cuidar el legado preciso de la salud de una manera real y natural.